"¿Qué le habremos hecho a estos animales para que ahora se comporten así?", se preguntaba el patrón de un barco en el estrecho de Gibraltar. Estos últimos días ha crecido la preocupación en la zona. La incertidumbre sobre el futuro de la conservación de las orcas está presente en todos los corrillos con gente que lleva décadas conviviendo con ellas en el mar.
A los ejemplares que han protagonizado estas últimas semanas los titulares de los medios de comunicación se les conoce como Gladis, debido a uno de los nombres que ha recibido la especie a lo largo de la historia: Orca gladiator.
Aunque ya se había observado alguna interacción esporádica, de aquellas que conllevan contacto directo y rotura de elementos solo hay testimonios desde el verano del 2020. A final de ese periodo se habían contabilizado 9 Gladis que interaccionaban de forma continuada con todo tipo de embarcaciones, de 5 a 38 metros, siendo las más afectadas los veleros (monocasco y catamaranes) de 12 a 15 metros. Empujan la embarcación, la levantan desde la popa y entran en contacto con el timón, provocando la pérdida de control por parte de los tripulantes.
Se desconoce el motivo de este comportamiento, y aunque existen diferentes teorías, nadie puede hacer una aseveración con total seguridad. Una de las primeras orcas en contactar con los barcos presentó una serie de lesiones con algunas particularidades. Normalmente, estos animales pueden sufrir arañazos en su habitual coexistencia con los pescadores, pero son superficiales. La Gladis, llamémosla "pionera", sufría heridas más profundas, lo que hace pensar que las interacciones se deben a algún evento traumático que intentan que no se repita.
La Gladis, llamémosla "pionera", sufría heridas más profundas, lo que hace pensar que las interacciones se deben a algún evento traumático que intentan que no se repita.
Las orcas son animales extremadamente inteligentes, hoy mismo he vuelto a verlas. La relación entre ellas, la comunicación, la forma tan especial que tienen de moverse o de conseguir su alimento. Es sobrecogedor observar cómo nadan en grupo, el contacto entre la madre y sus crías y la relación que han establecido con los pescadores, con quienes comparten un vínculo milenario: las almadrabas las necesitan para que empujen a los atunes hacia la costa.
Si nunca las has visto y tu primer acercamiento es un buen zarandeo, el miedo resulta comprensible. A fin de cuentas son animales de 4.000 kilos y hasta 6 metros de longitud que pueden hacerse fácilmente con el control de un velero, y si así lo quisieran, hundirlo. Pero hete aquí el punto más importante: no lo están haciendo. No conocen tu estatus y no son una banda organizada de asesinas que han decidido mandarte al fondo del mar debido a lo abultado de tu cuenta bancaria.
Están dándote un aviso, probablemente para que salgas de su zona de alimento, de su trayectoria de navegación o del lugar donde acompañan a las crías. De todos los incidentes documentados desde del año 2020 no hay ni un solo hundimiento deliberado y tampoco víctimas mortales. Únicamente orcas en cautividad han atacado a seres humanos con resultado de muerte.
De todos los incidentes documentados desde del año 2020 no hay ni un solo hundimiento deliberado y tampoco víctimas mortales
El Estrecho de Gibraltar es un lugar muy particular y complejo, con su propio equilibrio. La coexistencia entre orcas y seres humanos se ha visto alterada de un tiempo a esta parte, normalmente por embarcaciones que no son habituales en la zona. En el mar siempre hay riesgos y si no se conocen los protocolos de actuación, la presión de la mecha del timón sobre el casco de un barco debido a la acción de las orcas puede desembocar en la entrada de agua y, por ende, en un naufragio.
Las orcas son animales que tienen una cultura identitaria y que transmiten su comportamiento a los descendientes. Por ello se prevé que los contactos con las embarcaciones siguen produciéndose. Nuestra obligación es asumirlo y actuar en consecuencia, respetando siempre el equilibrio natural.
En palabras de Alfredo López, doctor en biología de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños y el Grupo de Trabajo Orca Atlántica (CEMMA / GTOA) "son cetáceos que se han adaptado a una vida muy específica, en cuanto a su alimentación, cultura e identidad. Es lo que hizo que sobrevivieran en muchas partes del mundo y que si un pequeño grupo desaparece no ponga en peligro a los demás. Han vivido así millones de años. Si alguien ostenta la propiedad del océano, si alguien es depositario de sus secretos, son ellas, las guardianas de Neptuno”.
Por su experiencia y conocimientos, los investigadores del GTOA deberían ser la referencia la hora de obtener información fiable. En los estudios realizados en el año 2021 ya advertían de la necesidad de establecer restricciones a la navegación en un radio de 60 kilómetros si en una zona se habían producido más de 4 interacciones entre orcas y barcos en menos de una semana. En la web orcaiberica y en la aplicación GT Orcas, los usuarios pueden notificar si han entrado en contacto con estos animales o si han sido testigos de algún encuentro.
En los estudios realizados en el año 2021 ya advertían de la necesidad de establecer restricciones a la navegación en un radio de 60 kilómetros si en una zona se habían producido más de cuatro interacciones entre orcas y barcos en menos de una semana
Hay que recordar que las orcas Gladis forman una población de menos de 50 individuos, sometidos a un tráfico marítimo de gran intensidad, a la contaminación acústica, a la captura accidental, a la limitación de recursos alimenticios, a posibles colisiones, y en general, a una degradación paulatina de su hábitat natural. "El futuro es incierto, pero en ningún caso es bueno", asegura el doctor López. "Sobre estos animales existe mucha presión por parte del ser humano, sobre todo con una o dos comunidades. Son un grupo muy pequeño de efectivos y es posible que no resistan a largo plazo. El nivel de mortalidad es alto, con una al año, y las interacciones actuales no ayudan en nada".
A las amenazas ya conocidas hay que añadir una nueva de muy dañino impacto: la desinformación. Tan importante es conocer el mar y sus formas de navegación como no esparcir falsas creencias, propias de la literatura fantástica, sobre orcas asesinas que están urdiendo un elaborado plan de venganza contra los ricos y sus veleros. Son animales que están lanzando una advertencia, al igual que mi perro ladra cuando se acerca un ciclista por delante de casa y deja de hacerlo cuando detiene la marcha.
A las amenazas ya conocidas hay que añadir una nueva de muy dañino impacto: la desinformación. Tan importante es conocer el mar y sus formas de navegación como no esparcir falsas creencia
Multiplicar los bulos y el alarmismo puede provocar situaciones indeseadas, como la que ha sucedido recientemente en aguas del Estrecho, donde los tripulantes de un barco han repelido a las orcas con algún tipo de munición. En este escenario, los animales siempre van a ser los más perjudicados.
A ti que estás leyendo se te otorga un gran poder de decisión en el transcurrir vital de las orcas. Puedes contribuir a forzar escenarios de confrontación, o por contra, acudir a fuentes fiables que llevan años estudiando el comportamiento de estos animales. El único final feliz para las Gladis y las orcas ibéricas es una coexistencia respetuosa.
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