Hay palabras que se nos clavan como alfileres y florecen en forma de ideas. Las vamos regando al dedicarles tiempo. Al forjarlas como un orfebre. Al moldearlas como un alfarero.
Las palabras que nos dejó Gata Cattana antes de fallecer (2017) son alfileres chicos de Andalucía, y de ellos nos han florecido jazmines y azahares por todo el pensamiento. Ahora su mensaje tiene murales en las calles, en las plazas, en los institutos. Carteles en las manifestaciones por los derechos humanos. "Estos son los pensamientos que barrunto, ya crecerán las semillitas que alimento", escribió ella, en una de sus profecías brujeriles. Se podría escribir un atlas que recorriera las señales de que Ana (así se llamaba) podía ver el futuro y viajar por los sueños, como Federico García Lorca.
Las palabras que nos dejó Gata Cattana antes de fallecer (2017) son alfileres chicos de Andalucía, y de ellos nos han florecido jazmines y azahares por todo el pensamiento
Recuerdo pocos mensajes arraigados a la tierra con tanta fuerza como el suyo, más allá de lo físico y de la maquinaria de producción continua. La chica de 26 años, Ana Isabel, falleció de un shock anafiláctico antes de haber podido publicar su álbum 'Banzai'. Había estudiado Ciencias Políticas y un máster relacionado con la Política Internacional. Vivía en Madrid siendo de Adamuz, un pueblo de Córdoba, por lo que una de sus letras decía: "no escribo desde Madrid, escribo bajo su yugo". Su madre, que también se llama Ana, cuenta con orgullo que era donante de órganos y su corazón le dio a otra persona la oportunidad de seguir viviendo. Hasta aquí, podemos comprender lo que su muerte significó para sus familiares y amigos, que perdieron a una persona querida, muy joven y llena de ideas. La cosa es que incluso su fallecimiento tiene algo de mitológico: como las máscaras de Jano, presenta dos emociones entrelazadas. La otra es la de imaginar que ahora Ana está en el Olimpo sosteniendo la antorcha de Hécate, llevando la luz su mensaje de lucha a todos los rincones. Escribiéndolo en las estrellas, para quien lo necesite. Como decía en otra de sus letras: "en la azotea, lanzando ideas por la borda por si dan en la cabeza de quien sea".
Después de 'Banzai'
'Banzai', álbum que se publicó póstumamente, demostró el potencial literario, político y atemporal de la Gata. Está formado por 13 canciones, número lleno de superstición, porque ella convertía la superstición de nuestros abuelos en su alegoría poética de Andalucía. Las calles comenzaron a llenarse de obras de artistas urbanos en recuerdo de su legado, ganó el Premio MIN a Mejor Álbum de Hip Hop y Músicas Urbanas, el círculo rojo en el lagrimal del ojo se convirtió inequívocamente en el signo de todo aquello que ella defendía. Se reeditó su poemario 'La escala de Mohs', vendiéndose en todas partes como si de un tesoro se tratase (¡que se trata!).
Para quien quiera acercarse a su figura a través de este álbum que nos cayó de las estrellas, destacaré una frase significativa de cada una de las 13 canciones.
- NADA FUNCIONANDO: "Ni tesoros, ni templos, ni esclavos… Pero si tú quieres un imperio, te lo hago. Pero si tú quieres un asedio, te lo hago. Pero si tú quieres un naufragio, toma".
- HERMANO INVENTOR: "¿Te acuerdas de cuando estuvimos junticos en cada una de las revueltas? Nosotros éramos mucho más de buscar las preguntas que de dar las respuestas".
- FUEGO: "Están asustaos con las elecciones, se saben las letras de mis canciones, ese par de secretas me tienen grabás toas las funciones. Yo creo que en el fondo les mola, que se lo ponen cuando están a solas...".
- LIMONERO: "De tu casita a la mía he mandao construir un jardín con ideas y flores de jazmín que pillé de Alejandría, cuando tú te ibas yo venía".
- MI NEGRA: "Entre algodones, entre los barcos que zarpan del puerto, tus habaneras y mis soleares hicieron un combo perfecto".
- PAPELES: "Ellos quieren que lo ponga fácil, que lo pinte por los capiteles… Ellos quieren que les explique a Darwin con dibujitos y sin papeles, y yo no me quito laureles ni pa’ bañarme".
- HASTA EL FINAL: "Hemos montao la feria con 4 tablones que hemos encontrao, por el camino hemos invitao a tos los vecinos que hemos encontrao".
- BANZAI: "Estoy con mi tren, con mi trantrantero… Ellos quieren estar a mi altura, pero lo he echao toíto al candelero. Hay que ser una puta hechicera pa’ llegar donde yo llego".
- EL PLAN: "Trayendo la esperanza a mi generación, hoy soy purita subversión. Tú ponme un plan, yo pongo el avión".
- CARTAS QUE NO REPARTÍ: "Ellos conocen mis principios pero no mis fines, y yo construyo en base de ellos, tengo mis razones… ¿Sabes? A ver si crees que las teorías se me escriben solas".
- MI BURRA: "Esta katana tiene tres filos y uno de ellos es verde".
- ESTOY BIEN: "De lo que fui ya no queda nada. De lo que soy, pájaros que vuelan, clavo y canela. Estoy escribiéndolo como si no me doliera".
- DESÉRTICO: "Por el tiempo que hemos dedicao emitiendo un mensaje encriptao, contenido de revoluçao, diez mil oyentes bien usos son un ejército. Porque el futuro no nos ha cambiao y seguimos sembrando el caos soñando con un mundo anárquico, todo lo veo desértico".
Sus letras en la lucha
Cada 8M encontramos por todo el país pancartas con letras de la Gata, como "mi libertad no cabe ni en jaulas de plata blanca, no conozco autoridad más allá de mi cuerpo" o "yo no camelo perfumes de Nina Ricci, soy más de libros de la Silvia Federicci".
Para el resto de manifestaciones, tiene otras perlas que se convierten en nuestros cánticos: "nosotros venimos de Yerma, de Bernarda Alba, con los saquitos de tierra a la espalda, nuestros abuelos no saben leer"; "nos han dividío por cuatro monedas y ya no nos queda ni el miedo ni tiempo, nos queda ocho horas al día"; "no sé cómo coño piensan que me pueden callar, yo he venío a que me rapen esos fachas" [...].
Entre sus inconmensurables guiños a la cultura popular andaluza está el de "me hago tirabuzones con sus dardos", en homenaje a la letrilla de "con las bombas que tiran los fanfarrones, se hacen las gaditanas tirabuzones".
Es inevitable pensar en lo que habría creado si siguiese aquí de forma física, pero la fuerza con la que sus palabras se han agarrado a las raíces y palpitan tras nuestras paredes hace que parezca que todo lo acaba de escribir, que todo está recién hecho, que mañana vendrá con más letras arremolinadas en su mandil. Que ahora mismo estará en una habitación llena de mapas y catalejos, descifrando más y más mensajes encriptados.
Hay una generación de niños que verán su cara en los murales y pasillos y querrán saber de quién se trata, y descubrirán a una Matilda de carne y hueso que no hacía más que leer, escribir y querer saber más y aprender más y conocer más. Y se les dibujará el círculo rojo en la mirada, y la luz de la antorcha de Hécate les mostrará una senda.
Descanza en paz, Ana.
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