Futbolistas de diez selecciones de fútbol sala lanzan un video ultimatum a la FIFA: diez ediciones del Mundial masculino, mientras que el femenino sigue esperando a que le escuchen.
"En septiembre de 2021 nos dirigimos a la FIFA por el maltrato y abandono público de las jugadoras de fútbol sala. Un año después seguimos sin respuestas oficiales. Mientras que el fútbol sala masculino se prepara para su décimo Mundial, la FIFA sigue sin organizar nuestra primera edición. Estamos reunidas por primera vez en la historia para denunciar públicamente el trato discriminatorio. Exigimos con urgencia una reunión oficial con el máximo responsable. Necesitamos un compromiso real de una vez por todas. La igualdad de género no se logrará con promesas vacías. Si antes no nos han querido escuchar, ahora nos tendrán que ver".
El comunicado lo leyó Natalia Orive -Presidenta de la Asociación de jugadoras de fútbol sala-, pero el vídeo que se convirtió en viral en unas horas tenía una fuerza que no habíamos presenciado hasta ahora. Junto a ella, Anita Luján (España), Janice da Silva (Portugal), Fátima Villar (Uruguay), Nancy Loth (Países Bajos), Chikage Kichibayashi (Japón), Ersilia D’Inecco (Italia), Julia Paz Dupuy (Argentina), Zahra Lotfabadi (Irán), Vika Kyslova (Ucrania) y la ocho veces mejor jugadora del mundo de fútbol sala Amandinha (Brasil).
"Es la primera vez que nos reunimos todas las jugadoras de diferentes nacionalidades, aunque en España contamos con jugadoras de distintos países que también son socias de la Asociación, este acto con las jugadoras con diferentes camisetas para organizar un movimiento por esta causa era la primera vez que se hacía. Hemos estado meses de trabajo para que esto fuera una realidad. Era una fantasía pensar en reunir a todas las jugadoras en un mismo escenario, hablar con sus clubes, hacerles entender la importancia de un movimiento que podía ser filtrado. Hay jugadoras que no han podido venir porque en su federación no les dejaban portar la camiseta. Y esto es libertad de expresión, no se les puede negar que pidan un Mundial", explica Natalia Orive.
"Políticamente, las federaciones tienen unos códigos y unas formas de trabajar que dependen de comités. Está el Mundial de Qatar a la vuelta de la esquina, han sido los Mundiales femeninos de fútbol 11 este verano, y entendemos que hay cuestiones políticas que pueden poner en compromiso a las federaciones, pero como sindicato tenemos el derecho de hacer lo que consideremos justo".
La FIFA, a día de hoy, no se ha puesto en contacto con la Asociación ni con las jugadoras que han lanzado este movimiento para darles alguna explicación por la que el fútbol sala femenino, a diferencia del masculino, sigue sin un calendario FIFA, no ya solo un Mundial. Se envió una petición formal para tratar el tema que aún no han contestado. La presión mediática sigue su rueda, movida únicamente por la fuerza de estas futbolistas, ejercida en redes sociales y aupada por varios medios que se han hecho eco de la noticia a nivel global.
La FIFA no se ha puesto en contacto con la Asociación ni con las jugadoras para darles alguna explicación por la que el fútbol sala femenino, a diferencia del masculino, sigue sin un calendario FIFA, no ya solo un Mundial
"La acogida es re-loca. Es algo que se hizo muy a pulmón, desde una idea, desde un sueño, y que se haya podido concretar es una locura. Y siento que no puede quedar en eso. Las repercusiones o las visualizaciones son muy efímeras, mañana ya se está hablando de otra cosa, de hecho ahora ya se está hablando de otra cosa, y la idea es seguir hablando de ello, seguir apareciendo en medios, poner el cuerpo, dar la cara para que no quede solamente en un vídeo viral", comenta la argentina Julia Dupuy, una de las voces más críticas del movimiento.
Amandinha, por otra parte, es la cara más visible de la reivindicación. Encumbrada ocho veces como la mejor jugadora de fútbol sala del mundo, su imagen y presencia en la demanda cobra una fuerza especial. Si FIFA no escucha a la mejor, ¿a quién va a escuchar? "Sí que esperaba esta visibilidad. Cuando estamos todas juntas y tenemos el mismo objetivo creo que podemos llegar muy lejos. Quedé muy feliz con el resultado del vídeo, mucha gente me dijo que parecía una película, que era genial, y que esperaban que sirviera para llegar a donde queremos. Espero que de esta vez no pase. Que nos escuchen por fin".
LAS MISMAS OPORTUNIDADES
Cuando en los medios de comunicación se habla de deporte femenino, casi siempre parece que se habla de cuestiones extradeportivas. En cada éxito o victoria, hay un poso de reivindicación, de reclamo de visibilidad, de exigencia de mejoras. El deporte lleva siglos masculinizado, a las mujeres se las ha apartado de las competiciones oficiales hasta hace muy poco tiempo, y todas las mejoras que se han realizado han venido precedidas de una demanda previa. Las mujeres siempre han tenido que conquistar un espacio que les había sido negado.
"Yo quiero las mismas oportunidades para hacer mi trabajo", explica Patricia González, 'Peque': "Somos deportistas profesionales que estamos dando la cara, perdiendo en muchos sentidos, pero para que esto sea mejor. No estamos pidiendo locuras, queremos competiciones internacionales, que se nos haga caso. Esto no es de ayer. La primera vez que nos pusimos en contacto con FIFA para un Mundial fue en 2015. Van siete años. Yo tengo 35, ya no hablo de que me gustaría jugarlo o ganarlo, es que me encantaría poder verlo".
Futbolistas que han dedicado su vida a la mejora de este deporte, a nivel colectivo e individual, reclaman dejar de ser transparentes para un organismo que las ha ignorado durante toda su existencia. De ahí el lema de la campaña: nos tendrán que ver. Y no van a parar hasta que lo hagan. Su eco ha llegado a sus compañeros del fútbol sala masculino, que han respaldado su petición en redes sociales. Si a ellas no las escuchan, al menos que escuchen a los que sí respetan.
LAS FECHAS FIFA, UN PROBLEMA MÁS ALLÁ DE LA CREACIÓN DE UN CAMPEONATO
Si realizamos una búsqueda en Internet sobre el Mundial de fútbol sala femenino, aparecen varias fechas jugadas. Sin embargo, esto no es real. Nunca han sido eventos oficiales de FIFA. Las autorizó bajo manga, pero no tienen ninguna repercusión deportiva más allá de contentar a las jugadoras dándoles migajas. El problema de que no haya un calendario estipulado dentro de FIFA para el fútbol sala femenino, va más allá de poder celebrar un Mundial. La simple organización de amistosos entre selecciones es una tarea imposible. En las competiciones masculinas, FIFA establece un calendario, y con respeto a él, se celebran el resto de competiciones.
El problema de que no haya un calendario estipulado dentro de FIFA para el fútbol sala femenino, va más allá de poder celebrar un Mundial. La simple organización de amistosos entre selecciones es una tarea imposible
Al no tener fechas FIFA, los partidos que puedan organizar las selecciones de fútbol sala femenino coinciden con las ligas domésticas. "Si mi Selección, al no haber partidos oficiales, organiza por su cuenta uno, mi club puede negarme ir porque no es un partido oficial. Es una rueda que no nos lleva a nada", explica Dupuy, a la que se une Amandinha: "Sudamérica tiene un calendario diferente al europeo, de febrero a diciembre. Aquí va de agosto a junio. En Europa se siguen las fechas FIFA y en Sudamérica no. Yo no puedo irme a jugar un amistoso con Brasil que se organice en diciembre, porque aquí tengo Liga y Copa". El riesgo de acudir a esos amistosos no oficiales pasa por ocasionar una disputa con el club, perder el salario de esas fechas o incluso una sanción.
En Marzo se celebrará un nuevo campeonato Europeo en el que España defiende título por tercera edición consecutiva. Las competiciones europeas se paralizarán para que las selecciones jueguen, esta vez sí, una fecha oficial de FIFA. "En Sudamérica no hay competición, tanto Julia como yo no tenemos nada que hacer en marzo", explica Amandinha. "La Copa América será en noviembre, y aquí hay liga. Si el club decide no liberarnos, no podré disputarla".
Al final, el club es el que paga el salario de la jugadora durante toda la temporada y quien tiene que velar por sus intereses. El problema va más allá, a un estamento superior que no tiene en cuenta las carreras deportivas de las futbolistas. En el fútbol 11 masculino, esta situación sería impensable. Si un futbolista tuviera presiones para no ir con su selección, optaría por ir buscando otro club donde desempeñar su trabajo. En este caso, las futbolistas están atadas de pies y manos. Vayan donde vayan tendrían el mismo inconveniente.
FIFA Y LOS MUNDIALES, ESA EXTRAÑA RELACIÓN
Estamos a semanas de que arranque el Mundial de Qatar, una fecha que esperan con ansia los aficionados de todos los países por el espectáculo que supone, y que esperan con vergüenza millones de ciudadanos que han visto cómo quien debe velar por el espíritu deportivo y la búsqueda de la convivencia han vendido todos sus valores al petróleo, a un país que infringe los derechos humanos fundamentales, que ha enterrado a más de seis mil esclavos que construyeron los estadios, que no quiere por sus calles a gays, y a las mujeres se las permite pasear cumpliendo estrictas normas a las que llaman "pudor".
FIFA presume de valores, de un parche de RESPECT en las camisetas oficiales de los clubes y selecciones, sitúa la bandera LGTBIQ+ en los perfiles de sus redes sociales durante el mes de junio, pero detrás de toda esa escenografía está la discriminación del fútbol sala femenino por cuestión de género. "Nos preguntan por qué ahora, que tal vez hubiera más oportunidades en otros momentos de ser el centro de la atención, pero esto no puede seguir esperando. El video dura un minuto pero llevó un año de trabajo. No podemos quedarnos con él ahí porque ahora se celebre un Mundial, y más cuando es un Mundial que se celebra en un país donde claramente los derechos humanos no son respetados. Y eso va en contra de lo que supuestamente avala la FIFA.. Puede ser mal visto hacerlo antes de este mundial, pero también puede ser oportuno disparar contra FIFA ahora", comenta Dupuy.
FIFA presume de valores, sitúa la bandera LGTBIQ+ en los perfiles de sus redes sociales durante el mes de junio, pero detrás de toda esa escenografía está la discriminación del fútbol sala femenino por cuestión de género
"Somos una sección de la que se encarga la FIFA, si tenemos que esperar a que no haya algo más para reivindicar lo nuestro va a ser imposible. Cuando no se celebra un Mundial se celebra una Eurocopa, cuando no, la Champions. Podemos seguir esperando, pero ¿a qué esperamos? Ya hemos esperado demasiado", apuntilla Patricia González, Peque. En el código ético de buena gobernanza de FIFA se habla de la igualdad y la no discriminación, tal vez sea el mejor momento, a las puertas de un Mundial que cuestiona hasta la presencia de las mujeres en las celebraciones, de que FIFA revise si está haciendo un trabajo adecuado con las mujeres que dependen de su organización.
LA ÚLTIMA CARTA
Tras años esperando una respuesta por parte de FIFA, las futbolistas consideran esta acción una última carta a la que tendrán que responder sí o sí, debido a la presión mediática. Juntar a diez futbolistas de diez países a protestar contra el organismo que rige su deporte no se había hecho nunca, en ninguna modalidad. El poder que han demostrado en este movimiento no puede ser ignorado, y más cuando su demanda es totalmente razonable. No se puede asegurar la práctica deportiva si no hay un calendario garantizado.
Las futbolistas que se han atrevido a alzar la voz en nombre de todas no tienen miedo. "Ya pasamos muchos años con miedo", cuenta Amandinha: "Dejamos de hacer cosas porque teníamos miedo a dejar de ser convocadas, de perder oportunidades, y la verdad, hemos llegado a un punto en el que eso se acabó. Tenemos que luchar por lo que merecemos, por lo que trabajamos, por lo que damos lo mejor de nosotras cada día. Solo queremos igualdad, no estamos pidiendo nada más, y eso no nos tiene que dar miedo".
Para Peque, el asunto es más sencillo: "Nosotras hemos puesto la cara, pero a las propias federaciones les interesa tener competiciones internacionales. Nosotras nos hemos unido porque somos las que pierden, pero esto es un beneficio de todos, y sobre todo del deporte. Hasta que el fútbol sala femenino no crezca, es una modalidad, en general, que no va a crecer. Seguro que no hay repercusiones negativas a este movimiento, que no se olviden que es a favor de todos. Además, ¿qué nos van a hacer? ¿dejarnos sin Mundial? Si ya no tenemos".
Ayúdanos a resistir
En Kamchatka creemos en la valía del deporte, para todos y todas, como herramienta de transformación social. Suscríbete desde 5 euros al mes y ayúdanos a seguir defendiendo el juego limpio, inclusivo y popular.
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.