"Ha causado un daño y una angustia incalculables a las mujeres y niñas que juegan en Argentina". Esta frase, llena de dolor y valentía, forma parte de una de las declaraciones anónimas de jugadoras argentinas en el proceso abierto contra Diego Guacci, entrenador especializado en fútbol femenino, acusado de abusar y acosar a futbolistas adolescentes durante años.
Diego Guacci comenzó a trabajar en el fútbol femenino en 2005, en el Club Atlético River Plate, del que fue Director Tecnico de 2007 a 2011. De ahí partió al UAI Urquiza hasta 2014, cuando volvió a River hasta que, en 2017, tras un breve paso por Estados Unidos, se puso al frente de las categorías inferiores de la Selección Argentina. Toda su vida profesional ha estado vinculada a mujeres futbolistas. Algunas de ellas han conseguido reunir fuerzas, años después, para elevar las denuncias de acoso sexual, homofobia y trato denigrante a la FIFA.
Sin embargo, el máximo organismo del fútbol mundial ha encontrado insuficientes las acusaciones y ha decicido absolverle por "no contar con pruebas suficientes" para acreditar los hechos, sucedidos hace casi una década. Según el fallo, las declaraciones de las jugadoras -que coinciden en el trato denigrante y las conductas homófobas- no son motivo suficiente para determinar su culpabilidad.
El inicio del proceso judicial y el papel de AFA
Fue el 28 de enero de 2020. FIFA recibía la primera denuncia por abuso sexual al entrenador argentino. Nadie se atrevía a decir su nombre, pero las jugadoras y gran parte de la prensa deportiva especializada del país lo conocía. Diego Guacci siempre había estado en boca de jugadoras por conductas deshonestas. Aquella denuncia, un acto valiente que se temía que no tuviera consecuencias, era el primer paso para intentar sacarle de los banquillos y que no volviera a tener a mujeres, y en especial a adolescentes a su cargo.
Guacci había sido entrenador de Atlético River Plate y Deportivo UAI Urquiza entre 2011 y 2014. Según recoge el informe del Departamento de Salvaguardia y Protección de la Infancia de la FIFA del 31 de enero del mismo año, en ambos equipos, Guacci había hecho uso de "palabras discriminatorias y denigrantes por razón de género, orientación sexual y apariencia física; además de conductas relacionadas con acoso sexual, abuso mental, actos hostiles y amenazas".
Guacci había hecho uso de "palabras discriminatorias y denigrantes por razón de género, orientación sexual y apariencia física; además de conductas relacionadas con acoso sexual, abuso mental, actos hostiles y amenazas"
Se abrió entonces un proceso legal en el que tanto las demandantes como el propio Guacci aportaron pruebas y testigos. Casi un año después, el 5 de noviembre de 2020, la Sala de Instrucción de FIFA entró en contacto con la Asociación de Fútbol de Argentino, proporcionándole información sobre la denuncia relacionada con una posible conducta de acoso y/o abuso sexual, aparentemente cometida por el que ya entonces era director técnico de una de las selecciones nacionales femeninas de Argentina, informándole además que había iniciado un proceso de investigación contra el señor Guacci. En esta comunicación oficial, se solicitó a la AFA que indicara si había recibido alguna denuncia o iniciado procedimiento de investigación durante los años 2019 y 2020 por conductas de acoso y/o abuso sexual sufridas por jugadoras de la selección nacional.
Días después, El 13 de noviembre, AFA respondió que ni la asociación ni sus órganos independientes habían, hasta ese momento, recibido ningún reclamo o iniciado ningún proceso con respecto a conductas de acoso y/o abuso sexual cometidas contra jugadoras de las selecciones nacionales. Hasta el 11 de mayo de 2021, no fue cuando el Comité de Ética de AFA se puso en contacto con la Cámara de Instrucción reconociendo que el Comité de Ética de la FIFA estaba investigando los posibles actos de un entrenador argentino de la selección femenina de fútbol. Entonces, solicitó copia del expediente de instrucción, considerándose competente para continuar con el proceso.
La FIFA se negó a que este expediente saliera de sus oficinas, considerando que aunque el Comité de Ética de la AFA podría, en paralelo, tener competencia para conocer de las supuestas conductas, el Comité de Ética de la propia FIFA tenía competencia exclusiva sobre estas investigaciones, ya que se trataba de posibles violaciones de los arts. 22 y 23 del Código Ético de FIFA presuntamente cometidos por un oficial de fútbol que había sido designado por la FIFA como instructor de fútbol femenino; y los procedimientos de investigación se mantendrían confidenciales.
Artículo 22 Discriminación y difamación:
1. Las personas sujetas al presente código no atentarán contra la dignidad o integridad de un país, de una persona o de un grupo de personas mediante palabras o acciones despectivas, discriminatorias o denigrantes, por razón de su raza, color de piel, origen étnico, nacional o social, género, discapacidad, lengua, religión, posicionamiento político o de cualquier otra índole, poder adquisitivo, lugar de nacimiento o procedencia, orientación sexual o cualquier otra razón.
2. Las personas sujetas a este código tienen prohibido realizar declaraciones públicas difamatorias sobre la FIFA o sobre cualquier otra persona sujeta a este código en el contexto de los eventos de la FIFA.
3. El incumplimiento de este artículo será sancionado con la correspondiente multa, cuyo importe mínimo será de 10 000 CHF, así como con la prohibición de ejercer actividades relacionadas con el fútbol durante un periodo máximo de dos años. En los casos más graves o en los casos de reincidencia, podría decretarse la prohibición de ejercer actividades relacionadas con el fútbol durante un periodo máximo de cinco años.
Artículo 23 Protección de la integridad física y mental:
1. Las personas sujetas al presente código deberán proteger, respetar y salvaguardar la integridad y la dignidad de las personas.
2. Las personas sujetas al presente código no utilizarán gestos y lenguaje ofensivos destinados a insultar a alguien de alguna forma o a incitar a otros al odio y a la violencia.
3. Está prohibido el acoso. El acoso se define como una serie de agresiones sistemáticas y reiteradas dirigidas a aislar o excluir a una persona o perjudicar su dignidad.
4. Está prohibido el acoso sexual.
5. En particular, está prohibido amenazar, prometer ventajas y coaccionar.
6. El incumplimiento de este artículo será sancionado con la correspondiente multa, cuyo importe mínimo será de 10 000 CHF, así como con la prohibición de ejercer actividades relacionadas con el fútbol durante un periodo máximo de dos años. En los casos más graves o en los casos de reincidencia, podría decretarse la prohibición de ejercer actividades relacionadas con el fútbol durante un periodo máximo de cinco años
El papel de FIFPRO
Tanto las jugadoras denunciantes como sus testigos, optaron porque fuese el sindicato FIFPRO el que llevara el peso de la denuncia. El 15 de noviembre de 2020, se amplió la lista de denunciantes a cuatro, aportando el 26 de marzo de 2021 las declaraciones de las mismas, protegiendo su anonimato. Y el 6 de mayo, el caso saltó a la luz pública:
FIFPRO emitió un comunicado indicando que numerosas jugadoras, que habían jugado en Argentina, se habían acercado a su organización y habían presentado una denuncia colectiva ante el Comité de Ética de la FIFA, sosteniendo que la evidencia entregada al Comité de Ética de la FIFA detallaba cómo un entrenador "actual" de la AFA usó su cargo para intimidar y acosar sexualmente a jugadoras adolescentes. En ese mismo comunicado, el sindicato hizo un llamamiento a todas las víctimas potenciales para que se presentasen y contaran sus experiencias.
FIFPRO quería garantizar el anonimato de las jugadoras, puesto que algunas de ellas eran menores de edad en el momento de los abusos cometidos, y porque además la mayoría de todavía están relacionadas con el mundo del fútbol. Un mundo en el que Guacci podría hacer uso de su influencia para frenar su carrera y tomar represalias, más teniendo en cuenta que fue el director técnico de la selección femenina argentina Sub-15 y Sub-17 hasta el 31 de marzo de 2021, seis meses después de que AFA tuviera conocimiento de que estaba siendo investigado.
Las declaraciones de las jugadoras
La Jugadora E: un caso de acoso sexual
En una declaración del 15 de junio de 2021, una de las jugadoras describió un incidente de acoso sexual durante una videollamada con Guacci. En esa videollamada, y según la declaración, le dijo que ya hablarían de táctica en otro momento y que por qué no se quitaba la camiseta y le enseñaba los pechos. La jugadora evitó la conversación, y entonces Guacci bajó la cámara, mostrando una erección bajo de su ropa interior.
En esa videollamada, y según la declaración, le dijo que ya hablarían de táctica en otro momento y que por qué no se quitaba la camiseta y le enseñaba los pechos
La jugadora dijo en su declaración haberse sentido violada, intimidada y horrorizada. Y que, del mismo modo, le hizo entender que no le parecía una conducta apropiada para un entrenador. Guacci se limitó a decir que era la primera vez que le pasaba, y que esperaba que no se lo contara a nadie, porque no volvería a ocurrir.
Sin embargo, no fue así. En la misma declaración, la jugadora informó de mensajes de texto no deseados y otros encuentros provocados por Guacci. En aquellos mensajes, le enviaba fotos mostrando su erección y le pedía que ella le enviara fotos desnuda.
"[…] En ese momento estaba pensando, '¿cómo me pasó esto a mí? ¿Por qué me metí en esta situación?' Mentalmente me impactó en el sentido de mis metas futuras, más o menos, mi salud mental también como mujer porque me hizo sentir incómoda... Diría mucho en ese momento que estaba aterrorizada por mis metas futuras, estaba aterrorizada. sobre mi salud mental, lo que la gente pensaría de mí. Al principio era como si me culpara a mí mismo y dije: 'No, no. Esto no tiene nada que ver conmigo. Esto tiene que ver con otra persona. Yo tuve muy claro desde el primer día que dije que no y las acciones continuaron".
Pero los abusos relatados por esta jugadora no se limitaban al ámbito privado. Según su declaración, al descanso de un partido en el que su equipo iba perdiendo 2-0, Guacci comenzó a gritarles a las jugadoras cosas como: "Para lo único que servís es para bajaros los pantalones y que os penetre". Es una de las fuerzas que utilizan las jugadoras a la hora de denunciar, saber que había testigos de muchos de los comentarios inapropiados que les había hecho Guacci. Sin embargo, en este caso especial, el motivo de sumarse a la denuncia es otro:
"[…] Cuando salió la noticia de una denuncia contra un entrenador, sospeché que debía haber sido él… Me preocupaba que no me creyeran". Entonces hizo algo que cambió las cosas. Yo no había estado involucrada en la denuncia. Pero Diego Guacci llamó a alguien con quien trabajo y me preguntó si yo era la jugadora que había hecho la denuncia. Entonces me di cuenta de dos cosas: primero, ¡había admitido más o menos que me había acosado sexualmente! Yo no había estado involucrada en la denuncia y, que yo sepa, mi nombre no era conocido por nadie en la FIFA que estuviera investigando. Guacci debe haber entrenado a cientos de mujeres a lo largo de los años, entonces, ¿por qué telefoneó preguntando específicamente por mí? Diego Guacci, al llamar y preguntar por mí, se confirmó culpable. Ni siquiera tuve que decir nada. La segunda cosa de la que me di cuenta fue que no podía esconderme de esto por más tiempo. Esta no fue la única vez que alguien preguntó por él en las últimas semanas. Me enviaron una captura de pantalla de otra jugadora, a quien un entrenador que trabaja con él le envió algo. Los mensajes muestran esfuerzos para identificar a las jugadoras involucrados en la denuncia, y me horroriza que esto esté sucediendo".
FIFPRO confirmó que la jugadora denunciante no se había puesto en contacto con ellos, ni con FIFA, hasta un mes después de la conversación aportada como prueba en la que Guacci interroga a un compañero para obtener información. "¿Esta jugadora te dijo que yo me la quería levantar y que la acosé?", confirmando inadvertidamente sus abusos.
La Sala de Instrucción de FIFA consideró que las conductas denunciadas por esta jugadora no sólo responden a una agresión verbal cometida por Guacci mientras se encontraba bajo su supervisión, sino que también se refieren a conductas graves de acoso sexual:
- "El acoso sexual sufrido por La Jugadora E ha sido parcialmente confirmado por La Jugadora A, quien también dio testimonio , entre otras cosas, afirmando que tuvo acceso a las comunicaciones entre el Sr Guacci y otra jugadora, incluidas fotos de él mismo que le había enviado a una jugadora con contenido sexual, y mensajes en los que le pedía a esa jugadora que compartiera fotos sexuales de ella con él".
- "El señor Guacci ha confirmado involuntariamente que había acosado a La Jugadora E cuando llamó al Entrenador X y le preguntó directamente si sabía o no si La Jugadora E estaba involucrado en los procedimientos de investigación actuales, nombrándola específicamente".
La Jugadora A: los ataques homófobos de Guacci
"Si volvéis a jugar así de mal, os voy a meter en las duchas y os voy a coger el orto". Esa es una de las frases denunciadas por otra de las jugadoras. En esa plantilla había niñas de catorce años: "El Sr. Guacci usó referencias sexuales de manera constante e inapropiada, incluso en presencia de jugadoras que aún eran niñas. Su comportamiento era controlador, sexualizado, agresivo y dominante".
El acoso personal llegó con la primera convocatoria de esta jugadora con la selección nacional, a la que Guacci despreciaba abiertamente (pese a acabar trabajando en ella, y siendo defendido por la AFA por ello). "Sos como todas las demás, capaz de bajarte los pantalones y hacerte violar para estar en la selección", le dijo en el primer entrenamiento tras su convocatoria. No contento con ello, tras el entrenamiento, reunió a todo el equipo en el vestuario y repitió la misma frase para avergonzarla.
Dentro de la denuncia de esta jugadora, se encuentra un apartado especial para la homofobia de Guacci: "Guacci describió el fútbol femenino en Argentina como un grupo de putas y se refirió a la vida sexual y la promiscuidad percibida de las jugadoras. Dijo que los problemas en el fútbol femenino surgieron porque las mujeres tenían relaciones con otras mujeres y eso desbarató al equipo. Fue muy indiscreto e inapropiado con la vida privada de los jugadores".
Guacci describió el fútbol femenino en Argentina como un grupo de putas y se refirió a la vida sexual y la promiscuidad percibida de las jugadoras
La sexualidad de sus jugadoras, motivo de ataque constante para él, era también un arma de chantaje. Según la declaración, una futbolista de apenas 17 años quería abandonar el equipo por los constantes comentarios homófobos que Guacci le profería, y, cuando el entrenador se enteró de sus intenciones, "Guacci le dijo repetidamente que si se iba, llamaría a su madre. La futbolista se negó a quedarse y el Sr. Guacci reveló la sexualidad de la joven jugadora a su madre sin su consentimiento. La futbolista abandonó el club poco después".
La Sala de Instrucción tomó en consideración las declaraciones de esta jugadora como "conductas poco éticas" con respecto a:
- "El comportamiento agresivo del Sr. Guacci hacia las jugadoras al usar insultos, palabras denigrantes y comentarios con connotación sexual, incluso frente a menores".
- "Cómo el Sr. Guacci solía hacer comentarios y acciones discriminatorias por la orientación sexual de las jugadoras".
La Jugadora B: el abuso de autoridad
Quince años. Esa era la edad que tenía la jugadora B cuando Diego Guacci comenzó a acosarla verbalmente: "Regularmente me hacía sentir incómoda y, a veces, me hacía temer por mi seguridad. El Sr. Guacci atacó mi confianza y socavó mi amor por el juego. Considero su comportamiento hacia mí abuso mental".
En su declaración, la futbolista hace referencia a un episodio en el que Guacci se quedó a solas con ella en el coche que utilizaba para llevar a varias jugadoras a sus casas después de los entrenamientos. Aprovechando la situación, Guacci comenzó a hacerle preguntas de carácter sexual: "Me preguntó si me gustaban las chicas. Me preguntó si me gustaban los chicos. Me preguntó si estaba saliendo con alguien. Me hizo una serie de preguntas sobre mi vida sexual que un entrenador no debería hacerte. Nunca hizo preguntas como estas frente a las otras chicas y la forma en que las hizo me hizo sentir incómoda y en peligro…".
Además, relata que en muchas ocasiones Guacci aprovechaba para hablarle de su físico, de que era la chica más guapa del equipo o lo bien que le quedaba la ropa. Hasta que fue convocada con la Selección Argentina: "Entiendo que los entrenadores tienen un grado de autoridad y que debemos escucharlos. Pero eso es diferente al dominio total que quería Guacci. Nunca hubo espacio para cuestionarlo o desafiarlo. Este fue el caso tanto de las jugadoras como de los asistentes de entrenador. Nadie podía hablar en su contra y fue muy negativo con muchos de nosotros todo el tiempo. Estoy acostumbrada a entrenadores firmes, pero nadie me ha tratado nunca como él en mi carrera como futbolista y nunca me he sentido irrespetada como con él. Sentía que quería controlarnos y creo que el comportamiento sexual inapropiado era parte de eso: o estaba usando eso para dominarnos, o su comportamiento controlador alimentaba su interés sexual inapropiado. […] Los entrenadores están en posiciones de poder increíbles y la forma en que me hizo sentir, tanto la incomodidad y el miedo que me hizo sentir cuando hizo preguntas inapropiadas sobre mi vida sexual, como la falta de respeto y el daño que hizo burlándose de mi éxito fueron enormemente dañinos".
Para la Sala de Instrucción, además de estos hechos, quedó probado que Guacci utilizaba su posición como instructor de FIFA para tener cierto grado de autoridad frente a las jugadoras.
La Jugadora C: homofobia, intimidación y bullying
En la declaración de esta nueva demandante, se expusieron más hechos de carácter intimidatorio y homófobo. Al final de un partido, Guacci les gritó a las jugadoras (entre las que había, una vez más, menores) "¿Qué tengo que hacer? ¿Meterles el dedo en el orto o directamente todo el brazo para que jueguen mejor?". Según la futbolista, que entonces tenía catorce años, "recuerdo el impacto que esta agresión tuvo en mí. Eso me asustó. Yo era una niña y me preguntaba si estábamos en peligro. Fue muy feo experimentar eso". Y añade: "Otra cosa que me quedó grabada de Guacci fue cuando les dijo a mis padres que en el equipo todas eran lesbianas y que se acostaban todas con todas, y que tenían que cuidarme para que no fuera de la otra manera. Incluso les dijo que a veces iba a clubes gay para controlar un poco a las chicas y ver quiénes eran y qué estaban haciendo. Lo recuerdo bien porque mi madre estaba traumatizada, asustada, estaba enviando a su hija, con apenas 14 años, a un club que de alguna manera el entrenador definió como peligroso".
Pero los comentarios de Guacci, a parte de homófobos y sexuales, también buscaban el menosprecio físico de las jugadoras: "Un día me agarró y me dijo: 'Estás gorda. Asi no podes jugar. No vas a estar con nadie así, eh'. Me dijo esto, sin anestesia, sin proponerme un plan como para ponerme en forma, si había necesidad. Sin hablar con un nutricionista. Fue más bullying que una apreciación técnica. Me hizo sentir horrible y realmente me traumatizó. Estaba hablando con una menor, en su adolescencia, cuando lo pienso ahora, no puedo creerlo…
La futbolista cuenta, además, cómo fue expulsada del equipo después de sufrir una lesión. Y cómo al enfrentarse en la siguiente temporada al equipo entrenado por Guacci, este le susurraba durante el partido: "Sos una fracasada, sos horrible, gorda", con la clara intención de perjudicar su juego y su estado anímico.
La Sala de Instrucción, además de dejar constancia de los hechos relatados por la jugadora como una conducta despectiva y discriminatoria, tomó especial consideración a la minoría de edad de la demandante cuando fueron cometidos.
La Jugadora D: la humillación como arma
En su declaración, la futbolista habla de constantes ataques de Guacci al físico de compañeras para enfrentarlas y crear mal ambiente en el vestuario. En un episodio personal, la jugadora y una compañera habían solicitado permiso al club para ausentarse de un entrenamiento tras la convocatoria con la selección. Guacci aprovechó la situación para llamar a su madre y decirle que se había escapado con "su novia".
Tras esto, la futbolista solicitó la baja al club, que fue negada en una primera instancia. Ratificó su deseo de irse porque no quería entrenar con Guacci. Consiguió la baja, y, cuando se acercó a sus compañeras para despedirse: "Fui a la cafetería, donde estaban mis compañeros para despedirme y ahí entró él detrás gritando por qué me iba, que me iba porque quería seguir a mi novia. […] En términos generales, es una persona que siempre denigraba a las jugadoras, era homofóbico, decía comentarios homofóbicos en sus conversaciones todo el tiempo".
En términos generales, es una persona que siempre denigraba a las jugadoras, era homofóbico, decía comentarios homofóbicos en sus conversaciones todo el tiempo.
La Sala de Instrucción consideró este hecho como una humillación pública en las instalaciones del club, por su orientación sexual.
Diego Guacci: el curriculum perfecto
A parte de las declaraciones de las demandantes, el informe FIFA recoge también las del propio Guacci. Por supuesto, las negó, esgrimiendo que había tenido constancia de ellas por primera vez el 8 de septiembre de 2021. Además, incluyó la declaración de más de cien testigos, futbolistas a las que había entrenado en su largo periplo por el fútbol argentino, para que hablaran de su buena conducta.
Testigos que nunca habían sido acosados por Guacci ni habían presenciado conductas inapropiadas por su parte, que hablaban de su calado deportivo y de su buen trato personal, de sus valores deportivos y familiares, creando un retrato muy distinto al que habían relatado las demandantes.
Las conclusiones de la Sala de Instrucción
El informe final de la Sala de Instrucción, no deja lugar a dudas:
a) El Sr. Guacci ha violado el Artículo 23 par. 1 del FCE 2020, por no proteger, respetar y salvaguardar la integridad y dignidad personal de los demás.
(b) El Sr. Guacci ha infringido el artículo 23 párr. 2 del FCE 2020, por hacer uso de gestos y lenguaje ofensivos para insultar, aislar, excluir a los jugadores en general e individualmente.
(c) El Sr. Guacci ha violado el artículo 23 par. 3 del FCE 2020, por haber incurrido en actos conducentes al abuso mental, así como por hacer uso de actos hostiles destinados a aislar, excluir a los jugadores en general e individualmente.
(d) El Sr. Guacci ha violado el artículo 23 par. 4 del FCE 2020, cuando acosó sexualmente a la jugadora E al presentarle imágenes no deseadas y no solicitadas con contenido pornográfico y al solicitarle fotografías de sus partes íntimas.
Como consecuencia de lo anterior, el señor Guacci es declarado culpable de haber infringido el artículo 23 (Protección de la integridad física y psíquica) FCE.
El procedimiento ante la sala de lo Adjudicativo
El 26 de noviembre de 2021, Guacci solicitó la celebración de una audiencia y proporcionó, a su vez, una lista de tres testigos y una declaración jurada en la que negaba los hechos. La audiencia fue programada para el 22 de enero de 2022.
En esa declaración jurada, Guacci hace hincapié en su excelso currículum deportivo, se atreve a poner nombre a las demandantes por indicios -rompiendo así su anonimato-, y resume las declaraciones sobre su lenguaje violento de la siguiente forma: "Sobre las formas o vocabulario supuestamente utilizados, el señor Guacci se refiere a videos que reflejan la forma de hablar en Argentina, reiterando que lo dicho por las futbolistas no forma parte de su lenguaje de comunicación".
Niega también que su conducta cambiara cuando las futbolistas eran convocadas con la Selección Argentina, aludiendo a la mala fama de Carlos Borrello (Director técnico) y llegando a la conclusión de que habrían malinterpretado su voluntad de cuidarlas.
Sobre los comentarios homófobos, dice que nunca le interesó la orientación sexual de las futbolistas y que solo les pedía profesionalidad. Y que, dado que muchas eran menores, tenía que hablar con sus padres sobre su orientación para poder tener así una autorización para poder hablar con ellas sobre esas exigencias profesionales.
Por supuesto, también declaró que todo se debe a represalias de las futbolistas por no haber alcanzado metas deportivas. Que solo tienen como objeto desacreditarle y entorpecer su carrera en AFA y FIFA, y que no hay ninguna denuncia interpuesta en los tribunales argentinos.
La audiencia
El Comité Ético de FIFA tiene entre sus competencias a investigar y juzgar la conducta de todas las personas sujetas al Código Ético de la instutición cuando los hechos expuestos hayan sido cometidos por una persona elegida, designada o designada por la FIFA para ejercer una función, como era el caso de Guacci, instructor FIFA ya en 2011.
Durante la audiencia, la Sala señaló que, de acuerdo con las consideraciones contenidas en el Informe Final, "toda la prueba exhibida (…) sigue los mismos patrones fácticos. Patrones que surgieron de diferentes fuentes inconexas, pero que concurrieron y son consistentes en las siguientes afirmaciones: Teniendo en cuenta que el caso en cuestión gira esencialmente en torno a los diversos testimonios (ya sea denuncia escrita/declaración de las Jugadoras o entrevistas con la Sala de Instrucción), (...) no hay razón para dudar de la credibilidad y confiabilidad de las declaraciones de testigos similares cuando no hay evidencia satisfactoria de que los testigos tenían razones personales no reveladas para acusar a un oficial de fútbol de violaciones de la FCE, y que si una declaración de un testigo anónimo es insuficiente por sí sola para condenar a una persona, el hecho de que no solo haya una declaración de un testigo anónimo en el archivo, sino cinco declaraciones de testigos independientes, coherentes, consistentes y confiables de testigos anónimos que fueron sujeto a contrainterrogatorio es pertinente".
Sin embargo, terminó por declarar a Guacci no culpable por falta de pruebas, tanto del acoso sexual a la Jugadora E como en el trato vejatorio y homófobo al resto de demandantes "aunque obviamente no podría descartar que la los hechos denunciados no ocurrieron".
El Comité Ético de FIFA declaró a Guacci no culpable por falta de pruebas, tanto del acoso sexual a la Jugadora E como en el trato vejatorio y homófobo al resto de demandantes "aunque obviamente no podría descartar que la los hechos denunciados no ocurrieron"
Según el extenso informe de FIFA: "En esas circunstancias, la Sala lamentó que, al igual que los hechos denunciados por la Jugadora E, las conductas antes mencionadas no hayan sido respaldadas por ninguna prueba material aparte de la declaración de las Jugadoras" y que por tanto "no podía condenar a una persona sobre la única base de una declaración testimonial anónima. En consecuencia, la Sala no tuvo otra alternativa que concluir que no podía establecer a su entera satisfacción que el Sr. Guacci incurrió en esas conductas".
Sin embargo, FIFA reconoce que la Sala se mostró convencida de que, "de probarse suficientemente, estas cuestiones entrarían en el ámbito del art. 23 FCE ya sea porque afectan a la integridad y la dignidad personal de los demás o tienen como objetivo dañar la dignidad de una persona" y que si bien todas las declaraciones relacionan comportamientos similares (si no idénticos) por parte del Sr. Guacci, ninguna de las conductas denunciadas es descrita por varios de las Jugadoras. Para FIFA, los testimonios son una adición de alegatos individuales específicos, y ninguno de ellos es denunciado por más de una futbolista. En otras palabras, "lamentablemente esos testimonios no podrían ser considerados coherentes, consistentes y confiables”, en la medida en que individualmente se refieren a conductas separadas y específicas".
La Sala quiso resaltar en el informe presentado que las conclusiones no deben ser consideradas como un reconocimiento de que los hechos denunciados no ocurrieron, ni que el señor Guacci actuó de conformidad con el Código Ético. No obstante, sobre la base de las pruebas que se le presentaron, el Comité Ético no se sintió "cómodamente satisfecho de llegar a otra conclusión".
Las conclusiones de FIFPRO
La organización sindical emitió un duro comunicado sobre la sentencia del Comité Ético, pese a que (según la normativa FIFA) ni las jugadoras, ni el sindicato, pueden emitir alegaciones al proceso, que solo podrá ser reabierto por el jefe de la investigación. La crítica del sindicato no es solo al fallo, sino a las formas de comunicarlo, con un informe de cuarenta páginas en el que se exponen, incluso, las iniciales de las demandantes a través de la declaración de Guacci en el que da por supuestas las identidades de cada una de ellas.
"Las futbolistas fueron extremadamente valientes para desafiar la conducta del entrenador y contribuir a hacer del fútbol un entorno más seguro e inclusivo para sus compañeras. La decisión de la Comisión de Ética de la FIFA plantea dudas sobre cuánta evidencia se necesita para la acción disciplinaria y podría evitar que otras jugadoras se enfrenten a los perpetradores de acoso y abuso en el futuro", comentó el sindicato en el comunicado publicado en sus redes sociales.
Para Amanda Gutierrez, presidenta del sindicato mayoritario de futbolistas españolas, FutPro, la situación de indefensión es clara: "No salgo de mi asombro" -dice la joven abogada en exclusiva para Kamchatka- "¿Cómo puede ser que la Sala de Instrucción haya visto la vulneración de varios artículos del Código Ético, pero luego la audiencia considere que los testimonios no son suficientemente coherentes, consistentes y confiables? Una vez más, comprobamos que los organismos que componen el fútbol no nos protegen, no nos cuidan, y no nos creen. ¿Cuántas jugadoras hacen falta que hablen, se expongan y se arriesguen para que exista coherencia, consistencia y confiabilidad? ¿Es un tema del número de testimonios? ¿De la edad? ¿Es una excusa para seguir echando la vista a un lado? El Comité Ético dice que no se sintió "cómodamente satisfecho de llegar a otra conclusión", y que por ello lo declaran no culpable. Ojalá algún día lleguen personas a los organismos de poder que no les importe incomodarse con tal de hacer justicia y protegernos. La permisividad de algunas instituciones empieza a agotar a las jugadoras, y España no se queda atrás, ya que tenemos casos como el de Carlos Santiso, donde hay una Federación que aún no ha resuelto la denuncia que presentamos en enero. Todo mi apoyo a las jugadoras que han dado su testimonio, y, por supuesto, a FIFPRO".
Para Amanda Gutierrez, presidenta del sindicato mayoritario de futbolistas españolas, FutPro, la situación de indefensión es clara: "No salgo de mi asombro"
Ahora, todo está en manos del encargado de la investigación, quien había dejado clara su postura en el informe previo que acompañaba las declaraciones de cada jugadora, y que es el único encargado de reabrir el proceso apelando la decisión.
Ayúdanos a resistir
En Kamchatka creemos en la valía del deporte, para todos y todas, como herramienta de transformación social. Suscríbete desde 5 euros al mes y ayúdanos a seguir defendiendo el juego limpio, inclusivo y popular.
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.